La ciencia dice basta
Los investigadores salen a la calle en varias ciudades españolas para denunciar los recortes y la fuga de cerebros
Urgen al Gobierno a cambiar su política de I+D
Alicia Rivera
Madrid
19 DIC 2012 - 20:28
La comunidad científica ha dicho basta, y en voz alta, a la situación
de declive agudo que padece la I+D en España, con unos recortes de la
financiación pública acumulados de un 38,67% desde 2009, el consiguiente
alejamiento progresivo de los niveles europeos y la sangría de
investigadores abocados a la fuga de cerebros. Lo dejaron ayer muy claro
científicos y tecnólogos, profesores y becarios, jóvenes y no tan
jóvenes, que se concentraron en varias ciudades españolas exigiendo a
Mariano Rajoy un “imprescindible y urgente giro en la politica de I+D
que está impulsando el Gobierno”. Bajo el lema de Con I+D+i hay futuro,
convocó las movilizaciones el movimiento Carta por la ciencia, un
colectivo “que ha logrado englobar, por primera vez en la historia de
España, a todos los actores del sistema de Ciencia y Tecnología”, como
ellos mismo expresaban en la carta que entregaron en el palacio de la
Moncloa.
“Somos la generación mejor preparada, pero nos estamos convirtiendo
en la generación regalada... a otros países. Los científicos formados
aquí se van fuera para poder hacer una investigación digna”, comentaba
José Manuel Fernández, representante de la Federación de Jóvenes Investigadores / Precarios,
en la concentración celebrada ayer en Madrid, ante la Facultad de
Medicina de la Universidad Complutense. Otras concentraciones se
celebraron en Barcelona, Granada, Valencia, Murcia, Santiago de
Compostela, Sevilla, Salamanca, Las Palmas, Tenerife y Málaga.
El manifiesto de la Carta por la ciencia, alerta: “El actual Gobierno
está empeñado en reducir el aporte público en I+D+i, conduciendo al
colapso a nuestro actual sistema de ciencia y tecnología”. El gasto
español en I+D cayó el año pasado al 1,33% del PIB (1,39% de 2010) y se
aleja cada vez más de la media europea del 2%. Firman el manifiesto la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), la Conferencia de Rectores de Universidad de España (CRUE), los sindicatos CC OO y UGT, los Precarios, la Plataforma de Investigación Digna y la Asociación Nacional de Investigadores Ramón y Cajal.
“Hemos pasado de más de 9.000 millones de euros, en 2009, a menos de
6.000 en 2013, pero el recorte se centra, sobre todo, en las
subvenciones, y si descuentas la inflación, es mayor aún” recordó José
Molero, catedrático de economía de la Complutense.
“Nos piden centros de excelencia con coste cero”, señalaba Jaime, con
el emblema del INIA (Instituto Nacional de Investigación Agraria) en su
bata blanca de laboratorio. “Para la gente joven el futuro es muy
negro”, añadía su colega Beatriz.
José Carrillo, rector de la Complutense, sujetó la pancarta con los
demás representantes de las asociaciones convocantes. “Cuando los
cerebros se van, no hay quien los recupere”, señaló. “El problema es que
en ciencia un paso atrás de dos años tiene efecto negativo durante
mucho tiempo y la recuperación del sistema te puede costar entre 15 y 30
años”, señaló este matemático.
Tras la lectura del manifiesto sobre la situación crítica de la I+D,
los organizadores soltaron globos de colores y el investigador del CSIC
Emilio Criado, de CC OO, declaró: “Los recortes significan que la gente
que no puede trabajar en España se tiene que ir, igual que los globos”.
Añadió que, de confirmarse la insuficiente financiación de la ciencia
en los presupuestos del Estado —“como tememos”—, habrá una campaña de
actos y movilizaciones. Los convocantes entregaron en Moncloa la carta
sobre la situación y pidieron reunirse con Rajoy.
También con sus batas blancas estaban en la manifestación varios investigadores del Centro Nacional de Investigación del Cáncer (CNIO)
que, aunque emblemático, no está exento de dificultades económicas.
“Todo lo que pasa ahora lo vamos a sufrir dentro de cinco años. Nos
están arrugando como las uvas y acabaremos como pasas”, señalaba
Ignacio. Se quejaban estos jóvenes investigadores de que ahora, en lugar
de tener toda la mente volcada en la ciencia, tienen una parte
pendiente de la difícil perspectiva. “Todo el sistema de investigación
lo está pasando mal, también el CNIO... no tal mal como otros, pero
también”, añadió Juan Manuel, que está haciendo la tesis doctoral sobre
fibrosis pulmonar en ese centro. “En este país no se apuesta por la
ciencia”, resumió, comentado además que algunos amigos científicos “ya
se han ido de España”.
“No nos engañemos. Estos recortes son consistentes con la
mercantilización de la investigación que permea el Plan Estratégico de
la Ciencia 2013-2020 y su olvido de la investigación básica. Son también
consistentes con el modelo de país de vicio y pandereta, como nos
muestra las ventajas fiscales del proyecto Eurovegas y las subvenciones a
las corridas de toros”, señaló el astrónomo Carlos Eiroa, profesor de
la Autónoma de Madrid.
En el Museo Nacional de Ciencias Naturales, del CSIC, no hay dinero
para pagar la luz ni el agua y los bolígrafos se los compra cada uno de
su bolsillo, se quejaban unos investigadores. “Estamos ahogados”,
decían. Fernando Valladares, profesor de investigación en el museo contó
que, hace unos días, el presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, dijo
en una reunión con directores de centros que en la situación actual hay
que “capear a la bretona”. “Me fui a ver qué significaba exactamente y
resulta que, en una situación realmente desesperada en una tormenta,
capear a la bretona es desmontar los aparejos del barco, retirar todo de
cubierta y guardarlo en la bodega, trincar el material... los
tripulantes se atan como pueden para aguantar, y el barco... quién sabe
dónde acabará”.
Artículo publicado en ELPAIS.com
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