CARTAS AL DIRECTOR
El rigor del conocimiento
Mi agradecimiento a Antonio Muñoz Molina por su artículo Memoria crítica
(EL PAÍS, 29-30 de marzo de 2013), que no tiene desperdicio. Debemos
exigir una política educativa que persiga “el rigor del conocimiento”, y
desechar otros objetivos ajenos a este rigor, puesto que los beneficios
de educarse siempre derivarán del aprender a distinguir la verdad de lo
que no lo es. Tener a nuestro alcance tanta información debería
hacernos valorar una formación que nos diera herramientas y criterio
para ordenarla, discriminarla, y en definitiva racionalizarla.
No ayuda: Crear un marco ambiguo, a veces ad hoc y
oportunista, cambiar las leyes con cada Gobierno, como ha sucedido
durante más de una década, o medir a los profesionales tomando el rasero
de los “malos” y no de los buenos trabajadores.
Debemos pensar en el valor que tiene la educación para nosotros antes
de preguntarnos por su coste, porque podemos descubrir que el precio
por carecer de esta sea tan alto que no podamos pagarlo. ¿Queremos
realmente hijos autónomos?, ¿trabajadores creativos como base de su
cualificación?, ¿que la riqueza provenga del conocimiento y se reparta
mejor?, ¿ciudadanos libres y felices? ¿Qué tipo de sociedad deseamos
realmente?— Roberto Pradas Sánchez-Arévalo.
Publicado en elpais.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario