sábado, 2 de febrero de 2013

LA PARTIDA PARA OBRAS DE URGENCIA QUE NUNCA LLEGARÁ A LOS INSTITUTOS


EDUCACIÓN |    Los centros, bajo mínimos

La partida para obras de urgencia que nunca llegará a los Institutos

  • Humedades extremas, pasillos inundados, agujeros en paredes...
  • Educación prometió fondos para casos de necesidad que sigue sin llegar
  • Los equipos directivos temen respresalias si denuncian casos concretos
Los vestuarios del IES Juan Ramón Jiménez, en un pueblo medio de la provincia de Cádiz, son impracticables. Aparte de las humedades, que han acumulado moho en las cuatro esquinas del techo a pesar de la lucha enconada de los encargados de limpieza y mantenimiento, cuando llueve se inundan porque el pasillo está un escalón más bajo que el nivel del patio y la mayoría de las taquillas están oxidadas sin remedio. Como se hacía antes de que los institutos tuviesen vestuarios, desde hace tres años se pide a los alumnos que vengan en chándal el día que tengan gimnasia.

Manuel, el jefe de estudios, reconoce que "en ese sentido puede ser una molestia menor" comparada con otras, pero el malestar del equipo directivo es "el tiempo que llevamos pidiendo dinero para hacer una reforma que entendemos que probablemente sea cara, porque estas humedades son de meterle mano a los cimientos, sin que nos hagan caso".

Ni el instituto, ni el nombre del jefe de estudios, ni siquiera la provincia donde se encuentra, coinciden con los verdaderos. El docente lo pidió así expresamente por miedo, según sus propias palabras, a que "sirva para que se retrase aún más". También añade que la directora prefiere no hablar "porque cree que es el primer paso para que la quiten, básicamente".

Otro es el de un centro de Huelva en el que el director encargó parchear la valla de la parte trasera del patio con alambre de su bolsillo. O el agujero, provocado por un accidente hace cinco años, en la pared entre dos aulas de un centro en un pueblo de la provincia de Sevilla, junto al que los profesores situaron un armario para impedir que los alumnos se distraigan saludando o lanzado bolas de papel a sus compañeros de la clase de al lado.

Francisco Hidalgo, presidente de CSI.F Educación en Andalucía, denunció la semana pasada la situación de "mendicidad" a la que entiende que los impagos de los gastos de mantenimiento –Educación ya debe los pagos de septiembre y enero– a los centros educativos. "Los directores tienen que hacer malabares entre bancos y buena relación con los proveedores para que el centro no se caiga a pedazos o se quede sin combustible para la caldera en pleno invierno, por ejemplo".

Educación, ni confirma ni desmiente


Con esta situación, "es normal que si no se paga lo obligatorio, no llegue tampoco lo extraordinario", opina a ELMUNDO.es. Su sindicato ha recibido varias quejas de directores a los que se prometió hace un año una partida para obras de emergencia en 2012/2013, una promesa que Educación ni confirma ni desmiente. En enero se anunció que no llegaría. "Más que las obras, molesta la falta de respeto", concluye Manuel, el jefe de estudios que prefiere ocultar su nombre.

Sí que está habiendo lo que los sindicatos califican de "parches". Dos días después de la denuncia del sindicato sobre la "mendicidad" de los directores, la Consejería de Educación, a través del Ente Público Andaluz de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE), anunció obras "de ampliación y mejora" en cuatro centros educativos de la provincia de Granada, pero era dentro del Plan OLA. La principal queja a estas obras es que son arreglos, pero no obras de emergencia.

Enrique Abascal, de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA), explica que los retrasos en los pagos de mantenimiento para los IES "son peores, porque los CEIP dependen para eso de los municipios". Las cifras "son imposible saberlas" pero, opina, "lo grave no es tanto que haya muchos centros con obras muy urgentes como que los pocos que existan estén en esa situación de impotencia".

Abascal añade la percepción de "miedo" entre los equipos directivos a "significarse". Entiende que "es una mezcla de creer que sólo servirá para retrasar más lo urgente y la politización que se ha hecho de los cargos directivos".

Artículo publicado en ELMUNDO.es  

 

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